lunes, octubre 15

Infierno.
Uh, me asusté.
De las acepciones conozco sólo un par.
El chiquito, el personal de cada uno,
bueh, ya sabemos.

Me estoy refiriendo al verdadero,
Al de fuego y demonios.
Al de los azotes, al del azogue.

Ese otro es el socavón, el del Zupay y del Tío.
Me tocó estar en una mina en el Cerro Rico, en Potosí.
En la Candelaria Baja, no me voy a olvidar.
Ahí es cuándo.
Es ahí, no quiero ser minero.
Yo trabajo, me dieron un regalo.
Ahí no hay nada más que un poco de coca, alcohol
y una veta.
Un filón.

Y ese color plateado.


"...de qué sirve si no sabes
que en Oruro es primavera."

1 comentario:

*AntagoniSta* dijo...

y a mí, la idea de un mundo subterráneo me atrae... será que mi problema es no arrepentirme de ciertos pecados. Puede que sí.