viernes, septiembre 21

Surubí

Lo conté, debía hacerlo.
Fué muy vívido.
Fué mi amigo.
Lo encontré varado en una playa en Corrientes,
en el Uruguay, y no podía zafar.
Lo ayudé.
Era enorme, metro setenta, casi, y muy pesado.
Y el tipo no se fué, se me quedó mirando.
Y me dijo: Gracias, vamos a dar una vuelta.
No abrió la boca, y me hizo entender
que me aferrara a su lomo, y salió lanzado como un torpedo.
Surcaba el río a una velocidad increíble,
Me le tenía que agarrar fuerte de arriba.
Su piel era atigrada, muy suave.
Comenzó a contarme su vida, los secretos del río,
de los pescadores, de como los hacían sufrir
sólo por diversión.
Por momentos se sumergía y como un rayo saltaba
sobre el agua. Yo era parte de él.
Fué un viaje largo, muy intenso.
Me llevó hasta el delta y me dijo que más allá
no se aventuraba.
Nos despedimos ambos con mucha gratitud.

Esa mañana al despertar no lo recordé.
Tomé unos mates, llegó un amigo y escuchamos Litoral
de Liliana Herrero.
Y ese tema fué el gatillo, el disparador:
"... como surubí a flor de agua va mi canción...".
Ahí recordé todo.

Luego entendí el regalo.
Fuí un pez, tuve todas las sensaciones.
Hace rato que siento un profundo misterio por el río,
por esa fuerza, ese cielo azul que viaja.

Ya no soy igual que antes.

miércoles, septiembre 12

Es raro.
Salvo la guitarra todos
los instrumentos que tengo son tritónicos.
Es lo más simple.
Y hacélo con eso.
Do mi sol.

Y con la guitarra el primer acorde que me sale es en la.
Milonga es lo primero que me sale.

Pero después me sale una baguala, y pegado un huayno.
Muy parecido al reggae.

Para mí, el instrumento perfecto es la caja.

Y la copla, la improvisación, la repetición.
El ingenio, lo anónimo es la verdad tritónica.
La realidad, la diversión.


Tomá mi caja, y cantame.


Chayame.
Dicen
que en una semana pueden pasar
muchas cosas.
Que te puede cambiar, esa semana.

Yo digo que no.
Siempre dije que no.
Que te pueden cambiar los sucesos
ocurridos en una semana?
No.

Y es eso.
Y no mentí.
Me pareció así.

Yo aplico.




Y ella me gusta tanto.

jueves, septiembre 6

Hoy tendría que hablar de mi hermana.
Ya lo hago.
De un Peugeot,
lo extrañaremos, nada.

Me gustaría más decir un mar, un atardecer, estar en bolas.
Seguir cogiendo. Seguir, seguir.
Tener que ir a buscar nuestra agua.
No dar más.
Y sí, hay más.
Dijo un perdido en un laberinto.


Estoy entregado.
Sé que vengo sangrando con esto que siento.
Sé que no la voy a odiar.
Si ella está de rojo.
O pueda que esta vez sí, quizás pueda.
Esta sensacíón, ah!
Me importa nada, mis años, mis sortilegios, ya no son.
Yo sé que me van a matar.
Soy un toro lanceado que va hacia la muerte.

Ya sé, el otro tenía dominios milenarios.
Y era ciego.

Yo sólo me estoy muriendo.

lunes, septiembre 3

siento que puedo escuchar esta canción infinitamente,
de hecho lo estoy haciendo

siento acariciar tu voz
siento no soportar
siento verte
siento saberlo
siento tu amor
ahora siento llorar
ahogarme y que la garganta no se abra
conocer esa vuelta de esa chacarera
quererte así

no soportarlo
Pasó hoy,
anoche,
esta madrugada,
hace un rato.
Veinteaños, mil, y anoche las mil y una de esas noches.
Y nos encontramos,
y hablamos,
y nos reconocimos,
y le dije que ella era una chica de la que yo me había enamorado, que sufrí por ella,
que había sentido amor.
Hacía mucho tiempo.
Y nos comunicamos.
Y la quiero mucho.