Cine Cuyo, hoy a la vuelta de casa.
En google no hay fotos.
Ya ni está, es un templo.
En ese cine vi mis primeras tetas en film.
Unas tetas increibles;
Ornella Mutti, diosa, piel aceituna,
ojos de miel.
Claro que me terminé de enamorar
con la Ragazza di Trieste.
Ella, rapada, hermosa, saliendo del mar.
Uh!
Uh y Uh!
Ornella.
En ese momento adolescente
aprendí que la sexualidad y la sensualidad
cabían en una mujer.
No había visto otras tetas
y fueron las de ella.
Justo.
sábado, julio 7
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