viernes, junio 8

Nunca digo nada ni de Vilca,
ni de Lipán, ni de Tukuta,
ni de Palo ni nada.
Ni de García, eh.
Por lo menos hace mucho.
Y están Aristimuño, la Baraj, y el ganso
de Johansen que me hacen
brrrrrrrr.
Y Elpidio Herrera, y Falú, y Musotto mucho,
y la Herrero, y el Dúo Socavón, y Monti-Quinteros.
Y el rock.
Música vieja si la hay, reinventándose.
Puta, me hace reír esa palabra.
Decir rock me causa gracia.
Suena así:
ROC
11, 12, un día antes de los 13
mi mamá y yo fuimos a ver
un recital de roc.
Ja.
Una banda inglesa, Cuín se llamaba.
A mi mamá le gustaba el cantante.
Parece que era güiner con las minas.
No sé si saben lo del radiograbador al horno
con Una noche en la ópera adentro.

Uh!
Parece que me gusta la música

por Cuín.
Pero ese radiograbador, Hitachi monoaural
con Am & Fm fué el culpable.
El mal es japonés.
O era.
En todo caso se tostó.
Mi vieja pensó bien.

Lo metío en el horno.
Yo sentí el olor.

Juani lo sacó, tarde.
No habia nada que hacer, yo ya estaba cocinado.

Mi vieja trató de darme una cosa, quién sabe qué.

Yo mamé otra teta.
Y ella mamó mi música.

Y a la final me doy cuenta que soy
tan parecido.

Mi vieja era tan hermosa.
Dicen que soy más parecido a mi tío,
Hugo.
Claro!
Pero ese es otro despliegue.
Música de piano.

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