No Tango
Del barrio se fué, dejó el arrabal.
La mina que tenía,
y quería,
no acusa un pingo, claro.
Triste moquea
el guapo su intención de baqueano.
Sabedor, pero más por ignorante,
mirando atrás del codo,
y tantendo el crucifijo,
que está todo dicho,
que el cuchiyo que se envaina
esta fijo en su escondrijo
y el destino que es muy claro
lo espera en ese resquicio.
martes, marzo 15
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